ROMERIAS
La distancia entre el Santuario y la ciudad de Totana, así
como las fechas invernales en que se celebra la festividad
de la Santa, fue motivo para que el Concejo y el Cura Párroco,
reunidos en cabildo en octubre de 1777, decidieran «celebrar
dicha función en la parroquia de esta villa, a que
concurriran generalmente todos los individuos de este comun
que se privan de ello por la distancia, aspero camino e intemperies».
Aunque en esas fechas la imagen sólo permanecía
en Totana unos días, con posterioridad se decidió,
ante la demanda de los vecinos y la devoción que Santa
Eulalia despierta en las gentes del lugar, posponer el regreso
de la imagen a su ermita. Santa Eulalia baja en romería
hasta la ciudad de Totana cada ocho de diciembre, donde es
recibida por el cariño y el clamor de todos los vecinos.
Permanece en Totana durante un mes, fechas en las que se realiza
novenario en su honor, como también ofrenda floral,
serenata, Eucaristías... Pero, sobre todo, recibe la
profunda adoración de los habitantes de este pueblo
como de otros muchos que desde los más diversos lugares
llegan para honrarla. Una vez transcurridas las fechas navideñas,
en concreto, en la mañana del siete de enero, de cada
año, la imagen vuelve a su Santuario acompañada
en romería por todo un pueblo, que vibra con esta hermosa
devoción. Después de que la imagen llega a «La
Santa» y celebrada la Eucaristía, los romeros
se esparcen por el paraje circundante en donde acompañados
de la alegría, la música, la amistad y de una
rica gastronomía gozan durante todo este día,
compartiendo además, la grandeza de sentirse unidos
en el amor a Santa Eulalia.
Además
de esta romería, se celebra otra en la noche del catorce
de agosto. Existía la antigua costumbre de visitar
en esa fecha la imagen de Santa María, en la vecina
villa de Aledo, para celebrar la festividad de la Madre de
Dios. Por la tarde volvían los romeros desde aquella
villa hasta la Santa a traer limosnas a Santa Eulalia. Permanecían
en el Santuario hasta el siguiente día quince. En la
actualidad se ha recuperado esta antigua tradición
con la celebración de verbenas populares esa noche
en los alrededores de la ermita.
Totana es un pueblo que tiene en la música un elemento
de especial expresión. La habanera ha sido desde antaño
canto de unidad, de confraternidad, de cercanía y hermandad.
Además, en torno a Santa Eulalia, se reúnen
los vecinos también para cantar y vivir la alegría,
para saborear el afecto, la concordia. Así, el paraje
de la Santa sabe de multitud de voces, de momentos de felicidad.
En este entorno serrano, junto a pinos, romeros y jaras e
impregnado de la devoción a Santa Eulalia, los vecinos
gozan de la amistad, sabiéndose cercanos a su Patrona.
El canto, los suspiros, la gracia de la habanera cobra en
este espacio singulares tonalidades y sobre todo se impregna
del cariño y amor a Santa Eulalia. |