El
origen del Santuario se remonta a época medieval. Fueron
caballeros santiaguistas los que trajeron la devoción
a Santa Eulalia hasta Totana, ya que estas tierras fueron
donadas por Alfonso X el Sabio en 1257 a la Orden Militar
de Santiago y a su maestre Pelay Pérez Correa, personaje
vinculado con la ciudad de Mérida.
Desde finales del siglo XV sabemos que un ermitaño cuidaba
de la ermita y su huerta. Era entonces «...una nave de
buenas tapias e cubierta de buena madera e terrado, de buenas
puertas e cerradura de hierro...»
Fue a partir de 1573 cuando el Concejo mandó llevar
a cabo las obras necesarias para «... principiar la
iglesia y ermita de Nuestra Señora Santa Olalla»,
aprovechando para ello la antigua edificación. Concluidas
las obras del templo para finales del siglo XVI, se realizaron
entonces actuaciones constructivas que tuvieron como objetivo
crear la infraestructura complementaria a este lugar sagrado. |