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El enclave del Santuario dedicado a Santa Eulalia es magnífico no sólo para aprovechar el recogimiento espiritual que este eremitorio ofrece sino también para poder solazar nuestros sentidos con una gran variedad de posibilidades. Sin ir más lejos, podemos disfrutar de un entorno medioambiental excepcional, donde la mano del hombre y el bienhacer de la naturaleza han creado un rincón maravilloso donde poder descansar y realizar actividades alternativas.

Podemos empezar observando el enclave en que nos encontramos a los pies de Sierra Espuña. El paisaje que nos aporta el monte ha sido modificado claramente por la acción humana, pero ha sabido conservar muchas especies autóctonas y de una manera equilibrada obtener un entorno muy digno para los amantes de lo natural. El monte ha sido repoblado de un verde bosque de pino carrasco, que se adapta especialmente a este medio semiárido que supone el enclave del Santuario, pero beneficiado por la humedad del macizo que a sus espaldas observamos. Como monte bajo o sotobosque podemos ver una variedad enorme de plantas: romeros, mirtos, asfódelos, enebros, jaras, uñas de gato, espartos, etc.

Nada más abandonar el Santuario, en la carretera dirección a Aledo, a la izquierda nos encontramos con el paraje del Ángel, donde perfectamente podremos plantearnos una comida en sus barbacoas. Una pequeña carretera asfaltada que la inicia la escultura de un ángel nos llevará por un magnífico Vía Crucis hasta la cima del Balcón y observaremos cómo una gran escultura del Sagrado Corazón de Jesús abre sus brazos hacia el valle para proteger a la ciudad de Totana y su entorno. Desde aquí podremos observar unas magníficas vistas de la depresión del Guadalentín y, en días claros, otear cómo el Mediterráneo baña las costas de Mazarrón.

El Vía Crucis monumental de La Santa es obra del escultor Anastasio Martínez Valcárcel. Se inauguró el 25 de octubre de 1970. Se compone de 14 estaciones con un total de 32 esculturas realizadas en piedra blanca artificial, con un estilo tendente a la abstracción. El escultor colocó las estaciones buscando los lugares más idóneos del paisaje: una colina apartada, una escarpada ladera, un pino majestuoso o cualquier otro elemento. Así pues podríamos decir que el Vía Crucis se integra en el paisaje.
Los grupos escultóricos que lo componen son los siguientes:

1. Jesús es condenado a muerte
2. Jesús carga con la cruz
3. Primera caída
4. Jesús encuentra a su Santísima Madre
5. Simón el Cirineo le ayuda a llevar la Cruz
6. Jesús es despojado de sus vestiduras
7. Segunda caída
8. Las mujeres de Jerusalén lloran por Jesús

En este punto nos encontramos con un friso en altorrelieve de Santiago a caballo, obra del mismo escultor, que anteriormente realizó para La Santa.

9. Jesús cae por tercera vez
10. La Verónica
11. La crucifixión
12. Jesús muere en la cruz
13. El cuerpo de Jesús es bajado de la cruz
14. El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro

Partiendo del Santuario podemos proponer a los amantes del paseo y la naturaleza dos rutas de senderos que nos permitirán un mayor contacto con el medio natural en el que nos encontramos: las rutas de Pequeño Recorrido (PR, pintura blanca y amarilla) registradas en la Federación de Montañismo de la Región de Murcia como MU 64 y MU 65.

La ruta PR-MU 64 de La Santa (Salida A) tiene una distancia de 7,16 Km., con una duración media de dos horas a pie, dificultad media/baja y un itinerario circular. El punto de partida sería el mismo Santuario de La Santa a 583 m. de altitud, pasaríamos por el balcón de la Virgen Blanca, el Arco de Aledo, los Molejones, el Barranco de La Santa, el Estrecho, las casas rurales del Grifo y llegar al punto de partida.
Esta ruta recorre la zona media de la sierra entre el santuario de Santa Eulalia de Mérida y las altas cumbres de Espuña. En su primera mitad, las vistas paisajísticas son magníficas y se camina por sendas y pistas donde la vegetación es muy diversa. Tras alcanzar el punto más alto en las casas de los Molejones (719 m.), el itinerario desciende por el barranco de la Santa, con nuevas vistas del valle del Guadalentín, de Totana y del Santuario.

La ruta PR-MU 65 de La Santa-Aledo (Salida B), tiene su punto de partida, como vemos, también desde el Santuario (583 m. altitud), para llegar a Aledo (613 m. altitud), recorriendo una distancia de 2,6 Km. en una duración aproximada de una hora; siendo la dificultad física de su recorrido baja.
Proponemos este corto itinerario que une el Santuario de La Santa y la villa medieval de Aledo, sin pisar el asfalto. Comparte sus 1,31 Km. primeros con el GR 252 (Gran Recorrido, pintura blanca y roja) y el PR 64. En el paraje de El Zorro, se separa de estos dos y sigue por Las Zanjas hasta Aledo.
Una vez visitado Aledo, tendrán que venir a recogeros (de La Santa a Aledo por la Ctra. MU-502 hay 2 Km.) o bien se puede regresar por el mismo itinerario hasta el punto de origen. Recomendamos esta opción.

Aprovechando esta excursión podremos visitar la villa medieval de Aledo. Una pequeña joya medieval en las alturas de Sierra Espuña, dominando el valle del Guadalentín. Árabes y cristianos lucharon por su estratégica ubicación. Los primeros construyeron la Torre de la Calahorra, en el siglo XI, que aún domina este pueblo de un millar de habitantes. Los cristianos, la iglesia de Santa María la Real, del siglo XVIII. En sus 40 kilómetros cuadrados, Aledo ofrece distintas posibilidades al visitante: el paseo por el Barrio Alto, una incursión por el estrecho de la Arboleja -un hermoso cañón que los elementos excavaran en la roca-, la cueva de la Mauta -en la cabecera de la rambla de los Molinos-, la visita a las alfarerías en el caserío de Las Canales y por supuesto, las excursiones por el vecino Parque Natural de Sierra Espuña.

Para concluir nuestro recorrido proponemos una visita a la ciudad de Totana en donde se conservan diversas viviendas señoriales de los siglos XVIII y XIX, además de importantes monumentos. El templo parroquial de Santiago, edificación que alberga en su interior un impresionante retablo barroco, obra de Antonio Caro, una techumbre mudéjar, realizada por Esteban Riberón, además de un retablo renacentista, de la advocación de San Idelfonso, entre otras imágenes de devoción es visita obligado en este trayecto por Totana. La iglesia de las Tres Avemarías y la capilla neogótica de la Milagrosa, son otros de los interesantes edificios a conocer. El centro Socio-cultural la Cárcel, el arco de las Ollerías, además de múltiples rincones, calles y plazas son todo un placer para los sentidos.
No debemos abandonar Totana sin haber degustado la excelente cocina que se hace realidad en varios bares y restaurante que se extienden por la ciudad y sus alrededores, como también la magnífica pastelería que caracteriza a su buen hacer. Mantellina, bebida típica a base de anís, miel, limón y canela junto al «santiaguito» son singulares sabores con los que nos hemos de deleitar antes de abandonar la ciudad de Totana.

Morrón de Espuña
Haciendo senderismo por la sierra
Uña de gato
Pino canario
Turmera y jara
Esparto
Coscoja
Sagrado Corazón
Jesús carga con la cruz
Jesús encuentra a su Santísima Madre
Jesús es despojado de sus vestiduras
La Verónica
Jesús muere en la cruz
El cuerpo de Jesús es colocado en el sepulcro
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Totana 2004, año jubilar, con motivo del XVII centenario del martirio de Santa Eulalia