El día 12 de febrero
la Iglesia Católica recuerda a Santa Eulalia que significa:
"la que habla bien" (Eu = bien, Lal = hablar). Es
patrona de nuestra ciudad
Santa
Eulalia es una de las santas más famosas de España.
Los datos acerca de su vida y de su muerte los encontramos
en un himno que en honor de ella escribió el poeta
Prudencio en el siglo cuarto. Y allí se cuenta lo siguiente:
"Cuando Eulalia cumplió los doce años,
apareció el decreto del emperador Diocleciano prohibiendo
a los cristianos dar culto a Jesucristo, y mandándoles
que debían adorar a los falsos ídolos de los
paganos. La niña sintió un gran disgusto por
estas leyes tan injustas y se propuso protestar entre los
delegados del gobierno.
Viendo la mamá que la jovencita podía correr
peligro de muerte si se atrevía a protestar contra
la persecución de los gobernantes, se la llevó
a vivir al campo, pero ella se vino de allá y llegó
a la ciudad de Mérida.
La niña y el juez.
Eulalia se presentó ante el gobernador Daciano y le
protestó valientemente diciéndole que esas leyes
que mandaban adorar ídolos y prohibían al verdadero
Dios eran totalmente injustas y no podrían ser obedecidas
por los cristianos.
Daciano intentó al principio ofrecer regalos y hacer
promesas de ayudas a la niña para que cambiara de opinión,
pero al ver que ella seguía fuertemente convencida
de sus ideas cristianas, le mostró todos los instrumentos
de tortura con los cuales le podían hacer padecer horriblemente
si no obedecía a la ley del emperador que mandaba adorar
ídolos y prohibía adorar a Jesucristo. Y le
dijo: "De todos estos sufrimientos te vas a librar si
le ofreces este pan a los dioses, y les quemas este poquito
de incienso en los altares de ellos". La jovencita lanzó
lejos el pan, echó por el suelo el incienso y le dijo
valientemente: "Sólo a Dios del cielo adoro; a
El únicamente le ofreceré sacrificios y le quemaré
incienso, y a nadie más".
El martirio.
Entonces el juez pagano mandó que la destrozaran golpeándola
con varillas de hierro y que sobre sus heridas colocaran antorchas
encendidas. La hermosa cabellera de Eulalia se incendió
y la jovencita murió quemada y ahogada por el humo.
Dice el poeta Prudencio que al morir la santa, la gente vio
una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo, y
que los verdugos salieron huyendo llenos de pavor y de remordimientos
por haber matado a una criatura inocente. La nieve cubrió
el cadáver y el suelo de los alrededores, hasta que
varios días después llegaron unos cristiano
y le dieron honrosa sepultura al cuerpo de la joven mártir.
Allí en el sitio de su sepultura se levantó
un templo en honor de Santa Eulalia, y dice el poeta que él
mismo vio que a ese templo llegaban muchos peregrinos a orar
ante los restos de tan valiente joven y a conseguir por medio
de ella muy notables favores de Dios.
El culto a Santa Eulalia se hizo tan popular, que hasta el
gran San Agustín hizo sermones en honor de esta joven
santa. En la muy antigua lista de Mártires de la Iglesia
Católica, llamada "Martirologio romano",
hay esta frase: "el 12 de febrero se conmemora a Santa
Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar
su fe en Jesucristo".
Joven mártir Eulalia: a tu protección encomendamos
tantas personas jóvenes que en este tiempo tienen que
enfrentarse, no ya a los perseguidores que matan a quienes
se niegan a ofrecer sacrificios a los ídolos, sino
que tienen que oponerse a quienes quieren que dediquen su
vida a la sensualidad, a las drogas, a los vicios, a las malas
amistades y al pecado, que son monstruos mucho peores que
los ídolos, y son perseguidores más crueles
que los que mataban el cuerpo, porque lo que ellos matan es
la vida del alma. Santa Eulalia: te recomendamos a nuestra
juventud que vive en medio de tantos peligros y que corre
cada día el riesgo de ser infiel a Cristo. Que de tan
grandes peligros nos libre siempre el Señor.
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