10/03/2005
El Ayuntamiento de Totana ha ordenado el desalojo inmediato de las familias de tres viviendas, dos de la calles Balsa Nueva y una del Retiro de esta localidad, por los importantes daños materiales ocasionados en dichos inmuebles a consecuencia de una avería registrada en una tubería de la red de abastecimiento de agua potable.
El alcalde de Totana, Juan Morales, y los concejales de Urbanismo, Antonio Aliaga, y Servicios a la Ciudad, José Martínez Andreo, visitaron las viviendas afectadas para comprobar de primera mano el estado en que han quedado los inmuebles.
Las viviendas, que están ocupadas por un matrimonio y otras dos personas que viven solas, se ubican en una zona limítrofe entre la Cañada Zamora y el barrio de San José, en las zonas altas del casco urbano.
Los daños más importantes que han producido numerosas grietas en muros, tejados y suelos de las citadas viviendas se han registrado en los números 46 y 50 de la vía Balsa Nueva y 9 de la calle Retiro, a cuya altura de esta última se ha localizado la citada avería, que ya ha sido arreglada.
Las familias van a ser realojadas de forma temporal por parte del Consistorio totanero y la empresa concesionaria del servicio de agua potable y alcantarillado, Urbaser, en unas viviendas próximas a la zona con el fin de garantizar la seguridad de los propietarios, informó el alcalde.
Al parecer, los técnicos municipales han comprobado que la avería se pudo iniciar el pasado fin de semana en dicha conducción que se encuentra en una zona de importante pendiente del casco urbano.
En este sentido, el alcalde explicó que esta situación ha provocado que la tubería haya estado amerando agua al subterráneo de esta viviendas en lugar de hacia el exterior, lo que ha podido originar movimientos de tierra afectando a la estructura de las mismas y provocando desperfectos en las casas.
Por su parte, el concejal de Servicios a la Ciudad expresó que ésta es una avería común que puede ocurrir en cualquier momento y lugar de la ciudad; e indicó que los daños se producen por tratarse de una zona de altura, de antiguos barrancos, cuyo subsuelo se pudo compactar con relleno en su día.
El primero edil añadió que el total de viviendas afectadas, en diferente medida, asciende a la cifra de siete, de las que sólo tres han sido desalojadas debido a la gravedad de los daños; y reiteró que el resto están siendo supervisadas por los técnicos y la concesionaria del servicio para evaluar los posibles riesgos que puedan derivarse.
Además, señaló que la prioridad principal de la actuación municipal es evitar perjuicios a los vecinos afectados y que éstos sufran el menor trastorno posible en su vida diaria; y afirmó que hace más de tres décadas ya se registraron daños similares en esta zona.
Agradeció la comprensión de los vecinos afectados y la colaboración de la empresa Urbaser, y precisó que la reparación de las viviendas está previsto que corra a cargo del seguro de la empresa responsable del servicio.
El edil de Urbanismo señaló que los técnicos municipales van a realizar un seguimiento coordinado y constante de la evolución de las viviendas para que se solucione a la mayor brevedad posible y pronosticó que habrá que esperar varios días para realizar catas del terreno y cerciorarse del origen del problema y descartar su demolición.
Asimismo, el alcalde quiso dar un mensaje de tranquilidad a los vecinos y evitó realizar, a preguntas de los periodistas, una comparación con el caso del barrio barcelonés del Carmelo porque, de momento, “en Totana todavía no hemos proyectado el metro y estamos con los vecinos”.
La junta local de gobierno ha aprobado una propuesta para poner a disposición de los vecinos todos los medios municipales y coordinar todos los servicios y personal necesarios para que se realice un seguimiento por parte de las concejalías de Urbanismo y Servicios a la Ciudad, junto con Urbaser, para solucionar el problema.
La junta de portavoces se reunió hoy con carácter urgente para abordar el desarrollo de los acontecimientos y las medidas adoptadas en este asunto.